Sólo puedo hablar por mí, y lo diré sin más: estoy atravesando una crisis laboral. Nada me gustaría más que decir que esta etapa es capítulo superado. Miento: me gustaría más estar en la capacidad de enumerar los pasos que tienes que seguir para superarla con éxito. Pero no es así…
Ha pasado exactamente un día desde mi último santo: tengo 28 años.
Es curioso, estoy en esa edad en la que mi hermana menor ya me cree adulto ‘nivel padre’, no soy chévere para ella no more. También tengo esa edad en la que personas mayores que yo dirán que soy una chiquilla con poco conocimiento de la vida —piensa en el ‘tú estás de ida y yo de vuelta’ de los más adultos (siendo yo quien está de ida hace varios años, así que si alguien sabe cuándo se acaba este paseo: be my guest y spoiléame nomás).
Yo estudié Economía en la Universidad del Pacífico. Como alguien sin un talento demasiado aparente, y con desempeño académico por encima del promedio en todos mis cursos de colegio— mas no exponencialmente superior— decidí seguir esta carrera tras escuchar que en Economía ves tanto números como letras. Algo tan trivial como eso que escuché, pasó a definir mi futuro académico a partir de ese entonces— y por ende lo laboral también.
Tenía 16 años, mis papás aún corroboraban vía otros padres de familia si efectivamente había dormido donde juramenté dormir; pero sobre esta soberana decisión en particular, no hubieron cuestionamientos.
Y pues fue así que en el 2006 me veías postulando a la carrera de Economía—no sabía lo que era (pero ¡sí que me iba a enterar!) ni había mostrado curiosidad alguna por ésta en el transcurso de mi vida, pero ahí me tenias. Ahora, no quiero que esto tome forma de “te apunto con el dedo de la culpa padre y madre” mientras yo me cubro en un “ampay me salvo” de excusas, porque en realidad no es así. Solo estoy describiendo los hechos.
Es hasta cómico: mi nula afición por la economía hasta el momento me venía mandando señales de humo cuando elegí hablar de la Biblia en mi ensayo de aplicación a la universidad. Me fui por el tema más imposiblemente lejano a aquello que quería estudiar. Me habrá ayudado el Espíritu Santo? Porque yo ingresé…
Los años de carrera culminaron hace mucho, a ellos le siguieron otros más y en lo que canta el gallo estoy aquí. Siento que ha pasado mucho (uff!) pero que también todo pasó muy rápido. Seguí las reglas a modo de manual, paso a paso y sin titubear— bien by the book. Pero ahora no sé bien a donde voy.
¿Te sientes como yo?
Hay quienes me han brindado palabras de aliento en las que yo encuentro aires de resignación: ‘el trabajo es sólo un aspecto de tu vida’. Tienen toda la razón.
Pero si construimos un gráfico (piensa en uno circular o de barras) y diagramamos las horas del día que ocupan nuestras actividades diarias ¿qué obtenemos? Una muestra visible de la magnitud de todas esas horas que le dedicamos al trabajo cada día (sea o no nuestra actividad preferida). Es indiscutible: el trabajo es un aspecto que consume nuestra vida. Y si en lugar de consumirnos: ¿nos llenara?
Quizás el desempleo ha llevado mi crisis a niveles de clímax, hay quienes dicen que mucho tiempo libre le abre las puertas a este tipo de preguntas. Pero no creo estar mintiendo cuando digo que muchos de mis amigos (miembros de la PEA as we speak) están empachados de preguntas del futuro, dudas y cuestionamientos. Ellos están mareados, pese a que su estabilidad cubre todos los frentes: son económicamente estables; y en cuanto al plano más literal, apuesto a que están apoyados en los respaldares de sus sillas de oficina, algo encorvados pero estables nonetheless. Así que esta cuestión supera mi etapa de ocio corporativo.
Como mencioné al inicio de este relato, no tengo la receta para llevar estos síntomas millennial a estado de remisión. Pero quizás me ayude la táctica que uso cuando percibo que estoy siendo muy dura conmigo misma.
Seguro les ha pasado: somos todos sabios para lidiar con problemas ajenos, pero cuando de los nuestros se trata, es como si no hubiera solución.
Voy a esforzarme por restarme de este relato, por ponerle a mi sinsabor otra cara distinta a la mía. Voy a pensar en lo que le diría a mi hermana, a mi amig@; a todas las personas que más quiero y que están pasando por esto:
- “Ya no estás en edad para tener miedo”– como diría mi
buen amigopsicólogo. Quizás me dirás que es irónico que con los años no haces más que acumularlos. Es curioso, de niños nuestros papás cruzan límites para protegernos porque de muy chicos no somos buenos midiendo riesgos. La sobreprotección de nuestros papás cede con el tiempo, pero el risk assessment —que de niños carecemos— sí que se hace sentir cuando crecemos.
Podemos escoger ver el lado negativo: vestirnos de miedos hoy y de frustraciones mañana.
Podemos también pensar que somos adultos, y como tales pensamos más las cosas y sus ramificaciones.
Estamos creciendo, las decisiones se hacen más grandes y el grado de análisis que les debemos requieren estar a la par.
Pero, oye: ¿Quieres estudiar otra carrera? ¿Quieres hacer otra cosa? O me pregunto a mí misma—como la narcisista que prometió sacarse del relato pero no puede help herself: ¿Quieres escribir? ¿Quieres practicar tu carrera a la par pero quizás probar otro rubro? Entonces, es sencillo: HAZLO. Usa esa creatividad tuya para buscar excusas, y oriéntala hacia la búsqueda de soluciones. Si no depende de nadie más que de ti mism@, ¿Es de verdad tan difícil? ¿Merece esto ser llamado una ‘crisis’? - ¿Sabes que “Privilegio” se levanta cada mañana con un sinfín de opciones? Y que, ¿”Privilegio” eres tú?
Hace un par de meses tuve la fortuna de toparme con ‘Being Mortal’ de Atul Gawande. Recuerdo que tras devorarlo, quedé conmovida; también me sentí afortunada y tonta al mismo tiempo.
En resumen, el libro profundiza en cómo la medicina tiene un set de soluciones óptimas cuando de curar “lo curable” se trata— entendiéndose que hoy ‘lo curable’ abarca mucho más que ‘lo curable’ de hace tan solo 10 años. Sin embargo, hay un aspecto en que la medicina flaquea en precisión y carece de métodos: el entendimiento de las prioridades de cada individuo en la última etapa de su vida. Si me siguen leyendo, se preguntarán qué diablos tiene que ver todo esto con las opciones y la crisis laboral. Y es que Atul Gawande hace un magnífico trabajo relatando las dificultades que atraviesan los adultos mayores que no se contentan con sobrevivir y seguir sumando días.
Si no puedes decidir por ti mismo— al margen de tus limitaciones— la seguridad física o la supervivencia se torna tortuosa.
Hasta no sensibilizarnos con la lucha que significa el carecer de opciones o no poder tomar decisiones a criterio personal, difícilmente podremos entender cuán afortunados somos por tener la ‘problemática’ contraria. Contamos con innumerables opciones y con todas las capacidades para realizarlas. - ¿Los cinco años de carrera fueron en vano si optas por desarrollarte en algo totalmente distinto? Si todo lo que aprendiste quedó en el tacho y ya no lo sabes más, lamento decirte que sí. Si es el caso, serías tan incompetente en tu rubro como en uno nuevo.
De lo contrario, qué suerte la tuya para seguir acumulando intereses y conocimientos; de poder aportar un enfoque distinto a parámetros establecidos que tarde o temprano se aprenden, de la misma manera que aprendiste tus cursos de carrera.
Nadie te regaló ese título, y lo mereces tanto como quienes lo consiguieron contigo— se desempeñen o no en lo que estudiaron. Así que menciónalo con orgullo, porque los desvelos y el esfuerzo no los vivió nadie por ti.Que no te de pena decir que eres “X” y haces “Y”. Eres capaz de hacer “Z” también.
Daniela G says
Muy bueno!!
Estefania Campoblanco says
Gracias!! Me alegro que te haya gustado 🙂
Sava T. says
Totalmente identificada. Estoy en los ventitantos y con mucha incertidumbre sobre el futuro. Pero también veo que varios de nuestra generación parecen estar en las mismas.
Estefania Campoblanco says
Es verdad! Por eso me animé a escribir del tema, porque no soy solo yo. Lo importante es no subestimarnos e ir probando nuevas cosas. Yo abrí el blog hace menos de un mes y he aprendido muchísimo en el camino. Esa es la idea 😉
Josip says
Jajaja a mis 30 (bueno cuando tenía 28) la vida me dió un giro tremendo, donde había que tomar decisiones. Estamos desbordados de tantas cosas que nos hace pensar dónde estamos y qué camino debemos seguir, muy bueno 👏
Estefania Campoblanco says
Es verdad! El truco es verle el lado positivo al asunto. Te recomiendo leer el libro que mencioné en el post: Being Mortal de Atul Gawande. Al menos a mí me ayudó muchísimo para cambiar de perspectiva.
Espero que esas decisiones hayan ido bien: y si no, pues más lecciones de las cuales aprender 😉
Marisa says
Me siento algo identificada tengo veinti pocos y aunque que se que todavía estoy joven siento que el tiempo se me viene encima y el desempleo me hace sentirme más ansiosa sobre que será de mi futuro, me pongo a pensar que he estudiado cinco años y no tengo trabajo y me hace sentir mal y cuando me de cuenta no abre hecho algo productivo con mi vida
Estefania Campoblanco says
Te entiendo 100%. Pero te digo algo: hay una diferencia grande entre estar desempleada y ser improductiva! Intenta ocupar tu tiempo en algo, aprende sobre cosas que te interesen. No tienes que seguir una maestría o algo por el estilo, porque entiendo que es costoso y es difícil invertir en cosas así cuando uno está desempleado. Pero hay muchísima información en internet! Gratis o muy barata. Cuando empecé con el blog, no sabía nada al respecto. Aprendí mucho en un app que se llama UDEMY, donde hay cursos baratos de absolutamente TODO, sin exagerar. Piensa en tu desempleo como muchas horas para ocupar en proyectos! Cuando encuentres chamba, las vas a querer de vuelta. Vas a ver 😉 Suerte Marisa!!
Karen Ancajima says
Soy egresada de economía tengo 24 años y me siento igual que tú, que me fui por la tangente h me sigo yendo xD encuentro divertido haberme pasado por varios campos desde investigación, logística, finanzas…y ahora no tengo suficiente en un área para ser muy empleable etc. Pero a veces me invade esa sensación de no tener norte claro, me consuelo con el concepto de ” experto generalista” y tampoco sé si llamarlo crisis, pero lo que si tengo claro es que algo bueno sacaré de esto.
Estefania Campoblanco says
Asu somos BIEN parecidas. Yo también he hecho de todo y ahorita estoy justamente enfocada en buscar sectores que me gusten y quedarme ahí, para especializarme en algo. Por experiencia propia te digo que todo se aprende, y que van a llegar esos momentos donde tu background más amplio te va a ayudar. Te lo garantizo!
No nos subestimemos y busquemos las oportunidades de aprovechar y usar las cosas que sabemos, hasta donde usualmente no se aplican. Siempre hay, es cuestión de ser creativa 😉
Milagros says
Todos a los veintitantos nos sentimos algo confundidos sin rumbos claros, con esas crisis existencial de no saber bien que camino tomar y aprendiendo una y otra cosa pero a mis 30 puedo decir que todo se va acomodando y yo Bióloga que pensaba pasar toda mi vida en un laboratorio y no interesarme ni por hacer presupuestos o conversar con proveedores, ahí me tienes con todas esas cosas que son tan esenciales todo al final se acomoda y poco a poco se encuentra el camino.
Estefania Campoblanco says
Todo se acomoda y te lleva a otro lugar. Yo no creo en el destino pero es innegable que todo tiene consecuencias, y las consecuencias nos agarran más preparadas que antes por la experiencia que hemos ganado en el “antes”. En realidad en la vida solo se puede avanzar!
Kate says
¡Tal cual! Muy abogada yo, pero más relacionista pública, tengo una facilidad de entablar relaciones amicales y luego tener algún tipo de provecho de ello (entiéndase que es mutuo) que puedo hacer alianzas inimaginables… Podría apostar a que amisto a los hermanos Fujimori. Eso o los hago pelear para siempre, eso de acuerdo a lo que me resulte más beneficioso a largo plazo.
Es una joda, que cada vez que me presente, me quieran hacer una “consulta” sobre algún juicio, que si bien puedo absolver. Sigo sintiendo no es lo mío.
Estefania Campoblanco says
jajaja pero sabes para lo que eres buena! Aprovecha eso y piensa en eso que no te gusta del derecho como simplemente eso. Ningún oficio es perfecto tampoco. A mi me gusta escribir, y me ilusiona un montón haber abierto este espacio para compartir todas las cosas que quiero compartir, así sean de temas muy diferentes y así no tengan ni un pelo que ver con Economía. Toca agradecer que sabemos los que nos gusta,o en tu caso sabes de algo en lo que eres muy buena. Me gusta un montón cuando las personas son frontales sobre sus cualidades, porque muchas veces pasa que la gente confunde humildad con ventilar nuestros defectos y esconder nuestras virtudes bajo el colchón.
PD: Mejor convence a los Fujimori de que te cuenten si sus líos son de verdad o son florazo!
Fiorella says
Identificada al 100%. Es muy gracioso porque yo también quiero abrir un blog y de esa manera transmitir “lo que sé” de la vida (también me voy por la tangente) y ya no quiero que solo se quede en idea. La única solución solo es HACERLO. Estoy en mi último año de la carrera de Gestión y creo que todo lo que he aprendido de distintas áreas no me llena.. lo único que realmente me apasiona son las personas (recursos humanos) y creo que en debo darle máa prioridad a eso.
Muchas graciaa por compartirnos tu experiencia, éxitos!
Fiorella says
Totalmente identificada contigo, soy estudiante de Gestión (es mi último año y decidí estudiar esa carrera porque también uno ve números y letras – segunda opción: psicología) y siento que no me agradan todas las áreas; o sea, sé que mi pasión es trabajar con las personas, evaluar su desempeño, plantear propuestas de mejoras a problemáticas sociales, etc. (gestión del talento humano). Pero también tengo otros intereses como la actuación y temas de desarrollo personal… es muy gracioso porque también tengo pensado crear mi propio blog y como tú recomiendas: HAZLO.
Muchos éxitos en este proyecto!!
Una última pregunta: realmente te gusta tu carrera?
Estefania Campoblanco says
Sabes que sí? Sí, me gusta. Si me preguntabas hace un par de años quizás te respondía diferente, pero porque lo asociaba demasiado a los trabajos que tuve, que la verdad no me llenaban y me hacían cuestionarme lo que me preguntas. Ahora ya no lo veo así, para nada. Me encanta la economía del comportamiento y he leído hartos libros sobre eso, me gusta un montón la capacidad de análisis que en gran parte me ha dado la carrera que elegí.
De todos modos, no conozco otra cosa y no puedo compararlo con nada mas en la práctica.
Estoy buscando nuevos hobbies (como el blog), y ver hacia donde me lleva; mientras postulo a chambas y veo la manera de poder sostener ambos. Vamos a ver que tal me va con eso!
Dejando un renglón. Has pensado en algún taller de actuación? Justo hace poco vi una publicidad en fb de “The Masterclass” donde Helen Mirren enseña actuación (virtualmente, obvio). Chequea la publicidad y muchos éxitos para ti también!
Ross says
Veintipocos, recién egresada y también me estoy yendo por la tangente jaja. Estudié geografía y dios, como ame esa carrera! Ahora la cuestión es encontrar un trabajo para tener ingresos y terminar mi tesis! Y ni que decir de los cursos complementarios para completar el cv. Pues ahora me fui al área de los bancos (cero que ver con lo que estudié) pero me agradó mucho y estoy aprendiendo como no tienes idea. Me ayuda en mis gastos (son muchos) porque “hashtag #vivesola” y no pienso recurrir a mis padres ya que no vivo con ellos desde que inicie la universidad gracias a una beca. Me agrado mucho lo que escribiste acerca de estudiar algo, y la par ser algo más totalmente distinto y pienso dedicarme a ambos cosas si me alcanza la vida, porque si algo es verdad es que un día te sientes tan teenager y al otro día tus amigos ya se están casando jaja.
Estefania Campoblanco says
Es un balance, no todos somos afortunados de vivir de lo que nos apasiona, ojala yo pudiera! Pero no por eso deberíamos descuidarlo, busca la manera de no perder tu background de geografía.. sigue leyendo al respecto, sigue enterándote y aprendiendo de eso que por lo que me cuentas te gusta más. Estás en edad de full aprendizaje, aprende todo lo que puedas, porque ese es tu leverage para el futuro. Mientras tanto métele punche a tu chamba en banca, que es lo que te está dando tu independencia económica y autonomía.
Tambien te quería decir que me parece increíble que seas independiente desde tan temprano, qué tal responsabilidad! te felicito por haberlo manejado tan bien desde chica 🙂 Un abrazo!!