Ya que estoy de vuelta al ruedo, tengo muchas ganas de hablarles de algo en particular:
Mi estilo personal—el único que conozco al cien por cien. Porque no hay estilo bueno ni estilo malo, hay una constelación de voces individuales que deciden expresar cómo es que se visibilizarán en el mundo.
Y es que quizás no le has prestado mucha atención a esto, pero incluso cuando estás caminando por la calle—hablando con nadie y minding your own business— ya estás diciendo mucho. Eres tu carta de presentación antes de todo y de nada.
Incluso visto desde quien no gusta de la moda o no tiene interés en ella, también para ellos es relevante.
Y es que todas las mañanas: entusiastas de la moda, indiferentes y escépticos por igual, deciden vestirse como les place.
Así que sin más, aquí vamos:
1.- I DON’T do trends
O mejor dicho: sé cuando hacerlo y cuando no.
¿Por qué? La moda es un never-ending carrusel. Parece que avanza siempre hacia algo innovador, pero la mayor parte del tiempo gira hacia su punto de origen nuevamente. Todo vuelve, a pasar de moda y a a volver a ella también— bajo el nombre “vintage”.
Paréntesis:
No siempre supe cuál era mi estilo. La mayor parte de mi adolescencia me la pasaba esperando a que mi hermana mayor llegara de Nueva york a enseñarme qué era lo que me tocaba ser ese año—a imagen y semejanza suya. ¿Sería bohemia? ¿Usaría vestidos encima de los pantalones quizás? ¿Me divorciaría de los jeans por usar leggins en vez?
El asunto es que crecí. Y desde la secundaria o incluso antes adoraba curar mi ropa; la misma que está casi al 100% compuesta por: Prendas clásicas.
De esas que no son específicas a un contexto o tiempo en particular. Mi chiquivieja interior siempre favoreció a los blazers y las blusas blancas; las ballerinas por encima de las zapatillas. Incluso cuando no era lo usual y personas me preguntaban si bailaba ballet (¡?). Incluso cuando los blazers me quedaban grandes (eran de mi mamá y no conocía de sastres). Incluso cuando nadie más de mi edad—que conociera—lo hacía.
Tengo una debilidad por las capas; y es por eso que recurro fervientemente a los chalecos—siempre de un solo tono y usados de mil y dos maneras. Le dan estructura y elegancia a mis looks, algo que me cuesta más conseguir en el summer time.
Si ven mi clóset—quizás para frustración de quienes ven mis outfits mañaneros—la mayoría de mis prendas ha sobrevivido la prueba del tiempo. Tengo prendas de hace más de 10 años que planeo usar por muchos años más.
Por otro lado: escaseo de polos sport de manga corta con texto, tops que exponen la zona abdominal; buzos, vestidos y faldas.
No me malinterpreten: Sé reconocer ESTILAZOS de mujeres que llevan estas prendas a la perfección.
Pero más importante aún: sé reconocer que esa no soy ni quiero ser yo.
2.- Mi paleta de color es bastante neutral
Y es que ‘Color’: No eres tú, soy yo.
No es que odie el color, es que amo el negro.
Veo una prenda—sea cual fuere—que me llama mucho la atención y por default pregunto si la tienen en negro.
Otros colores que creo me favorecen mucho: los beige/colores tierra, blancos, grises y azules. De cuando en cuando puedo inclinarme hacia un verde militar, pero no es lo común.
Ya saben como va: “Once you go black you never go back”.
Si bien los colores neutros siempre predominan, no dudo en incorporar algún pop of color en forma de los pañuelos que tanto me gustan o en mis zapatos.
3.- Me considero minimalista
Dato curioso! De aquí parte el nombre de mi blog: MINIMALENTE
Mi clóset es una suerte de colección cápsula lleno de prendas básicas: todo combina con todo— como les dije—mi paleta de color es neutral.
En concreto: Mi estética no tiene mucho print o estampados. Poseo algo de animal print here and there, pero en cantidades muy limitadas y siempre en tonos grises.
Como no soy particularmente partidaria del color, juego con las texturas.
No uso accesorios de cabello. Siempre me vas a encontrar con las mismas joyas todos los días y con el cabello suelto o en un moño—si es que no tuve tiempo de cepillarlo y estilarlo como ya les he mostrado en mi IGTV.
Mi maquillaje siempre coquetea con el “no makeup- makeup”. Incluso mi elección bastante binomial de nail polish te dice algo: es rojo o es nude. Todo lo que ande fuera de ese espectro, desde mi punto de vista, es cuento de Rosalía.
Mi consejo para ti —si es que aún no te sientes cómoda con tu estilo o no sabes cuál es—es el siguiente:
Sírvete una taza de café o una copita de vino—es cocktail time en algún lugar del mundo así que no te juzgo. Ahora que te la serviste, te propongo un ejercicio: evalúa detenidamente cuales son las prendas que repites siempre. A las que acudes cada que se te hace tarde y no hay más tiempo que perder. O eso que terminas poniéndote porque sabes que es lo que te funciona— aún después de haber intentado con otras cinco cosas algo más nuevas y/o arriesgadas que finalmente no quedaron bien.
¿Las ubicaste? Estas son tus piezas clave y que marcan la pauta en tu estilo personal: tus reglas de juego.
¿Y qué no lo son? Pues precisamente esas piezas que compraste porque las viste lindas en el maniquí, en una modelo o hasta quizás en alguna amiga. Pero que no te acomodan a ti, ni al resto de tu clóset. Esas prendas de una vez en mes: EVÍTALAS.
Experimentar y jugar con la moda es de lo más divertido. Sobretodo si tenemos claras nuestras reglas de juego: es ahí donde realmente surge la magia.
Ahora cuéntame: ¿Qué historia le cuentas al mundo cada que sales a la calle? ¿Cada que te pones guapa? ¿Cómo es que eliges visibilizarte en el mundo?
I’m all ears.
Daniela Gallo says
Simplemente amé este post! 100% útil tomarnos el tiempo de identificar nuestras propias reglas de juego.
Estefania Campoblanco says
yay! Me alegro un montón!! Es importatísimo si queremos construir un closet que sea parte de nuestra identidad y podamos sacarle el jugo 🙂
katherine Palacios says
Creo que tu definición sería menos es más; me encanto tu post 🙂
Eso de darse un tiempo para analizar y ver como vamos es clave en todo lo que uno hace.
Anónimo says
Exacto!! De lo bueno: poco 😉 . Te invito a ponerlo en práctica! Es bueno hasta para el bolsillo 😎
Estefania Campoblanco says
Exacto!! De lo bueno: poco! Te invito a ponerlo en práctica! Es bueno hasta para el bolsillo
Liz says
Con copa de vino en mano según mi cocktail time 😁 debo decir que la calidad de este post es espectacular!! Me encantaría leerte en magazines internacionales porque tienes el talento de expresar frescura, elegancia, honestidad y empatía con todas las mujeres chiquis o grandes 😘😘😘 éxitos
Estefania Campoblanco says
Wow muchas gracias por eso!!! Sería lo máximo!! Mil mil gracias <3
Casandra says
Quisiera saber como haces para que las prendas te duren tanto :o.
Buen post
Estefania Campoblanco says
Gracias! Mira la clave es leerte las etiquetas!! Y si puedes lavar las cosas que más te gusten siempre en lavado de ciclo suave, mejor! En realidad con que respetes lo que te dice la prenda te va a ir muy bien. Ni la prenda más fina o de mejor calidad te va a durar si es que por ejemplo no la lavas al seco como te suelen decir las etiquetas de esas prendas 😉 Otra recomendación para cuando le encuentren vacuna al COVID: si no está sucio, no lo laves! Mi marido usa algo y –sucio o no– lo manda a lavar, claramente su ropa no le dura como a mí.
Anónimo says
Recién entré a tu página y de verdad que me siento identificada con tu manera de vestir, cómoda pero elegante y los colores ni que decir, definitivamente hoy me tomaré un café a pensar qué estilo de ropa repito siempre y deacuerdo a eso tomaré desiciones a la hora de comprar 🥰